Actualizado el 05/10/2023
¿Te quejas de la vida monótona que llevas?
Te levantas, te bañas, tomas desayuno, tomas el bus, trabajas, almuerzas, vas a estudiar, regresas a casa, cenas y duermes. Y así todos los días son iguales con pequeñas diferencias que te hacen sentir muchas veces aburrido y sin sentido, tal vez cansado y con ganas de quedarte en la cama.
¿Cuándo fue la última vez que viste el cielo? ¿Cuándo fue la última vez que te alegraste al ver la belleza de una flor? ¿Cuándo fue la última vez que sonreíste al ver a tu perro o al acariciar a un animal? ¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo por primera vez?
Nos acostumbramos muy rápido a todo, nos aburrimos muy rápido de todo y nos perdemos las alegrías que nos da la vida. Puede que te suene a cliché pero es cierto, damos la vida por sentada, como algo normal, olvidando la maravilla que es estar vivo, lo perfecto de nuestro cuerpo, la magia de respirar, el milagro de seguir vivos y de haber llegado bien a casa sin sufrir un accidente. Creemos que vivir es algo ordinario y no nos damos cuenta que estar vivos un día más es todo un logro.
La gratitud es una de las virtudes más sublimes que hay porque nos hace ver la suerte que tenemos de tener lo que tenemos. La suerte que tenemos de abrir los ojos un día más, de ver a nuestra madre sonreír, a nuestros hermanos correr, de sentir la calidez del sol, la frescura del agua en nuestra garganta. Tal vez no veas lo maravilloso de las cosas en el momento en que las vives, pero antes de dormir, date un tiempo de pensar en ellas y te darás cuenta que aquello que tomas por algo de todos los días, encierra un pequeño milagro.
La gente muere todos los días, tienen accidentes, pierden miembros, la vista, se enferman, pierden la casa, sufren hambre, frío, pierden a sus familias, son perseguidos, mueren en guerras… y tú tienes la suerte de despertar, tomar desayuno, tener trabajo y a tu familia cerca. Tienes la suerte de poder ver el azul del cielo, de poder hacer de tu vida lo que desees porque no hay ley que te lo prohíba, tienes el poder de ser feliz.
No tomes la vida por sentada. No dejes de sorprenderte como los niños, de tomar la vida con humor, sin tomarte las cosas tan personalmente. Lánzate e intenta cosas nuevas, la vida es una sola. Demuestra todo tu cariño a las personas que te quieren e ignora a las que tratan de malograrte el día.
Despierta y da gracias por un nuevo día. Desayuna y da gracias por el alimento. Sal a trabajar y agradece llegar bien al trabajo y de tener un trabajo. Al regresar a casa, agradece el haber llegado sano y salvo. Haz que tu vida valga la pena. No esperes a perder la salud para apreciarla, no esperes perder a alguien querido para valorarlo, no esperes perder el trabajo para esforzarte, no esperes estar a punto de perder la vida para vivirla al máximo.
Imagenes cortesia de «sakhorn38″/ FreeDigitalPhotos.net
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